
La puerta se curvaba poco a poco...lo vieron con el correr de los años que les eran ajenos, mientras sorbían esa interminable taza de café que jamás se enfriaba.
Ya no sabían cuantos años habían transcurrido.... A veces, en un principio, él solía mirar el reloj de vez en cuando; y otras veces, lo sabía por el desplazamiento de aquellos tímidos y escasos rayos de sol que se colaban por los ventanales. Y en invierno oían el caer de la lluvia sobre el tejado...
Quisieron salir de pronto: dejaron las tazas aún humeantes sobre la pequeña mesita puesta entre ambos y con paso lento avanzaron.
Él abrió la puerta curva, solo para darse cuenta, que ya nada más existía.
Ya no sabían cuantos años habían transcurrido.... A veces, en un principio, él solía mirar el reloj de vez en cuando; y otras veces, lo sabía por el desplazamiento de aquellos tímidos y escasos rayos de sol que se colaban por los ventanales. Y en invierno oían el caer de la lluvia sobre el tejado...
Quisieron salir de pronto: dejaron las tazas aún humeantes sobre la pequeña mesita puesta entre ambos y con paso lento avanzaron.
Él abrió la puerta curva, solo para darse cuenta, que ya nada más existía.
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