
Siempre se encontró en ese extraño y reducido lugar desde que podía recordarlo.
De pronto, y solo de vez en cuando, el oscuro cielo se abría ante ella y un potente haz luminoso golpeaba sus grandes y delicados ojos. Por momentos creía que iba a quedarse ciega, pero entonces, el cielo volvía a oscurecerse sobre su cabeza, y ella se acurrucaba en un rinconcito abrazando sus piernas contra su pecho.
Un día oyó algo extraño fuera de esas paredes; era algo así como una voz, o al menos se oía como ella imaginaba que una voz debía oírse. Jamás había salido de ese lugar, y jamás había interactuado con otros...jamás había imaginado que el mundo era más que esas cuatro paredes.
Decidida, se subió sobre una silla, hasta que consiguió treparse en un alto mueble de biblioteca. Extendió sus brazos temerosa hacia el cielo oscuro, y se empinó sobre la punta de sus pies. Sorprendida, notó que aquel extraño cielo subía y se abría ante la presión de sus brazos.
Asomó la cabeza fuera...
De pronto, y solo de vez en cuando, el oscuro cielo se abría ante ella y un potente haz luminoso golpeaba sus grandes y delicados ojos. Por momentos creía que iba a quedarse ciega, pero entonces, el cielo volvía a oscurecerse sobre su cabeza, y ella se acurrucaba en un rinconcito abrazando sus piernas contra su pecho.
Un día oyó algo extraño fuera de esas paredes; era algo así como una voz, o al menos se oía como ella imaginaba que una voz debía oírse. Jamás había salido de ese lugar, y jamás había interactuado con otros...jamás había imaginado que el mundo era más que esas cuatro paredes.
Decidida, se subió sobre una silla, hasta que consiguió treparse en un alto mueble de biblioteca. Extendió sus brazos temerosa hacia el cielo oscuro, y se empinó sobre la punta de sus pies. Sorprendida, notó que aquel extraño cielo subía y se abría ante la presión de sus brazos.
Asomó la cabeza fuera...
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