
Solo un poco...
una mirada y sabrás cuánto duele.
Vamos, mírame tan solo una vez,
mis venas acabadas,
y tú,
tan inmutable como siempre
yaces con tu rostro vuelto hacia la pared
mientras mi sistema se colapsa,
mientras tu vestido se tiñe de rojo...
“pequeña niña, pequeña niña, deberías cerrar los ojos”
Mis últimos versos los recito a tu oído
tu cabellera acaricia mis pálidas mejillas
mis ojos desesperan por esa mirada que saben imposible;
tan idealistas como siempre,
buscándote en donde saben, no podrán hallarte.
mi más perfecta muñequita de porcelana,
con su vestido blanco teñido de rojo,
con sus ojos de vidrio oscuro,
con sus cabellos azabaches...
solo óyeme sin mirarme,
y no te asustes...
mis largos dedos sobre tus desnudos hombros...
una sonrisa algo retorcida
tu mano sobre la mía...
“pequeña niña, pequeña niña, deberías cerrar los ojos”
una mirada y sabrás cuánto duele.
Vamos, mírame tan solo una vez,
mis venas acabadas,
y tú,
tan inmutable como siempre
yaces con tu rostro vuelto hacia la pared
mientras mi sistema se colapsa,
mientras tu vestido se tiñe de rojo...
“pequeña niña, pequeña niña, deberías cerrar los ojos”
Mis últimos versos los recito a tu oído
tu cabellera acaricia mis pálidas mejillas
mis ojos desesperan por esa mirada que saben imposible;
tan idealistas como siempre,
buscándote en donde saben, no podrán hallarte.
mi más perfecta muñequita de porcelana,
con su vestido blanco teñido de rojo,
con sus ojos de vidrio oscuro,
con sus cabellos azabaches...
solo óyeme sin mirarme,
y no te asustes...
mis largos dedos sobre tus desnudos hombros...
una sonrisa algo retorcida
tu mano sobre la mía...
“pequeña niña, pequeña niña, deberías cerrar los ojos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario