domingo, 26 de abril de 2009

Reflexiones antes del amanecer


Como la última mirada de tu resquebrajada elocuencia
dejó se ser todo lo que hubo antes del fatídico ocaso
cuando la oscuridad me llamó con
dulces y acariciadoras voces,
regalándome una tierna e inocente sonrisa
y me dejé estrechar por la
fría promesa de lo que vendría después…después de mí.

“Como un muñeco de porcelana con los ojos de cristal”
dijo él.
“Como un cascarón vacío”
pensé yo.

Y el muñequito fue quedándose y quedándose;
sobre el diván, ataviado con sus antiguas ropas,
con los encajes ya raídos…
tan vacío como siempre.

Mis ojos seguían tan vivos como siempre,
sin un destello luminoso,
oscuros y solitarios…
los dedos largos, delgados y pálidos…

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