
Podría imaginarse una poesía muy poética, que sugiera pensamientos serios, aunque, quizás, fuera poco definible, suponiendo que los virtuosos vivirán después de la muerte y que los perversos serán aniquilados. La falta de sueños mientras se duerme, marcaría el grado de destrucción a que el alma estaría sometida. Igualmente, dormirse y despertarse sin conciencia del lapso de tiempo transcurrido, indicaría que el alma está condenada a morir en el cuerpo. Por el contrario, cuando al recobrar de una sincope se encontraran recuerdos de los sueños (y eso sucede algunas veces), el alma tendría la seguridad de hallarse en consideraciones de salvarse del aniquilamiento y la felicidad o la desgracia de nuestra existencia futura sería así predicha por la frecuencia de nuestras visiones.
Edgar Allan Poe [VI, Marginalia]
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